La memoria del cuerpo

Posted: julio 3, 2017 By: Comment: 0

Si estamos aquí, si vivimos, es porque hemos sobrevivido como especie a la evolución, nos hemos adaptado evolutivamente.

Como seres humanos, biológicamente, nuestro objetivo es sobrevivir y tener hijos. Todos los órganos del cuerpo (incluido el cerebro) han sido modelados por la selección natural, para contribuir al éxito reproductivo del individuo.

La supervivencia, ya sea como adaptación al medio externo o como equilibrio del medio interno (homeostasis), es un asunto muy serio y la naturaleza la ha puesto en manos de unos automatismos que son gestionados desde el inconsciente. Nuestro cerebro arcaico, el cerebro más antiguo evolutivamente, es el que dirige nuestras reacciones, especialmente cuando percibe que estamos ante un peligro importante que pueda poner en riesgo nuestra supervivencia.

El inconsciente reacciona biológicamente gracias a los programas evolutivos  que nos han permitido sobrevivir sin conciencia. Por ejemplo, un ser unicelular como el paramecio, posee unos cilios con los que percibe inmediatamente un ambiente favorable o desfavorable y se aleja inmediatamente de los contactos que “interpreta” como peligrosos y se acerca a los favorables. A pesar de que el paramecio no posee ni sistema nervioso ni cerebro, su comportamiento expresa el deseo inconsciente de mantenerse vivo.

Sólo una pequeña parte de la estructura cerebral (el 5%) se ocupa del consciente aprendido. El resto, el 95%, es decir, casi todo el cerebro, pertenece al inconsciente. Es el inconsciente el encargado de grabar todo lo que puede ser peligroso para evitarlo en un futuro y el que dirige todas nuestras funciones para poder sobrevivir.

La mente subconsciente procesa 20Mbits de estímulos  por segundo. La consciente sólo 40 bits de estímulos por segundo. Si una pelota se dirige a toda velocidad hacia vuestros ojos, ¡adivinad que sistema utilizareis!

El subconsciente es uno de los procesadores más rápidos; examina con detenimiento el mundo y las señales internas y reacciona de manera inmediata seleccionando un comportamiento previamente adquirido, sin que se entere la mente consciente.

Vamos andando por la montaña y de repente vemos algo que nos parece serpentear por el suelo. Rápidamente daremos un salto para protegernos. Sólo después miraremos para analizarlo si era una serpiente, un palo o una hojas… Si nuestra supervivencia dependiera de nuestro consciente, no existiríamos como especie.

Una de las funciones de nuestro inconsciente es GRABAR todo aquello que hemos experimentado como peligroso para reconocerlo en un futuro. Y siempre, un episodio traumático o peligroso lo vivimos con una emoción asociada (básicamente el miedo) y con una química interna (adrenalina, cortisol). Es decir , de la misma manera que poseemos un sistema inmunitario que reconoce los patógenos peligrosos y genera anticuerpos para cuando puedan volver a aparecer, nuestro inconsciente posee una memoria que graba las situaciones de riesgo y las recuerda para poder actuar rápidamente caso que en un futuro se vuelvan a presentar.

Por ejemplo, imaginad que estáis paseando por un barrio poco aconsejable y que decidís coger un atajo por una callejón estrecho y oscuro. A mitad de calle sois  golpeados y atracados de manera violenta por unos desconocidos. Caéis al suelo y en esos momentos, en plena subida de adrenalina por el miedo, grabareis todos los detalles posibles a una gran velocidad: el olor a tierra húmeda, el ruido de una moto que pasa por la  calle de al lado, un buzón de correos que veis mientras estáis cayendo al suelo. etc…

En un futuro seguramente tendréis miedo a los callejones oscuros y estrechos porque es un recuerdo consciente asociado al peligro. Ésta es una información importante y útil. Pero existen otros recuerdos grabados y asociados inconscientemente con carga de peligro. Y no sabréis porqué os ponéis nerviosos cada vez que dejáis una carta en un buzón, o cuando enviáis un correo, o cuando oís una moto o cuando oléis a tierra húmeda.

Éstas memorias asociadas inconscientemente pueden generarnos:

  • Reacciones y conductas exageradas, impulsivas
  • Síntomas como alergias (tierra húmeda, polen, etc…)
  • Repetir palabras escuchadas o dichas en el momento del shock
  • Negación total hacia algo en particular. O todo lo contrario.
  • Conductas en relación al shock. Si identificamos el alcohol como agresor (los ladrones iban borrachos) podemos declararnos abstemios…o afiliarnos a la liga anti-alcohol.

Todo lo que vivimos se graba en nuestro cuerpo. Pero son las experiencias traumáticas explosivas o bien las tensiones mínimas pero repetitivas las que pueden generar síntomas y enfermedades.

Todas las experiencias nos generan unas emociones pudiendo ser:

  • Positivas: las grabamos y las utilizaremos como recursos en un futuro.
  • Neutras: no se graban
  • Negativas: las grabamos inconscientemente en modo”peligro”. Se codifican neurológicamente y quedan latentes pudiendo provocar una enfermedad o síntoma.

He visto en muchos pacientes como, el hecho de tocar un órgano o un músculo, puede generar una emoción inesperada, a veces casi de manera inmediata. Esto corrobora que tenemos que salir de concebir el cuerpo como un engranaje que, en caso de presentar dolor o síntomas, debemos reajustarlo como cuando llevamos el coche al mecánico. El cuerpo no es un mecano. Es un libro donde está registrado todo nuestro historial…

El cuerpo tiene memoria. No hablo de la memoria episódica regulada por el hipocampo ni de la procedimental, regulada por el cerebelo, es una memoria inconsciente que seguramente se guarda en las sinapsis o en las mismas neuronas y que en algunas situaciones se activa generando cambios físicos y emocionales.

En Centre Cos tenemos presente esta relación i entendemos la osteopatía y la PNS como una manera de conectar con esta memoria.

Muchos bloqueos corporales tienen una relación psicosomática con una relación antigua no gestionada correctamente. Y hemos visto que la curación más rápida es la que une la corrección del bloqueo corporal con la toma de conciencia y la expresión de la emoción asociada al recuerdo traumático.